50 nuevos correos, 100 nuevos tuits, 40 nuevos artículos en los blog que sigues… ¿Quién no ha sentido en algún momento que no puede manejar tanta información? ¿quién no ha querido en algún momento “desconectar”? Necesitamos estar informados pero ese exceso de información nos “enferma”.
El termino “infoxicación” aparece por primera vez en este artículo en el año 2000. El autor del mismo, Alfons Cornella, en un momento de “especial locura” (según sus propias palabras) denomina así al exceso de información digital al que nos vemos sometidos a diario.
Es curioso comprobar cómo hace 14 años la información era ya inmanejable y su exceso resultaba un problema en cierto modo “tóxico”. Hoy el problema no se ha solucionado, en todo caso ha crecido el número de personas afectadas por la enfermedad.
¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cómo afrontamos esta situación? Todos aquellos que nos dedicamos a la educación sabemos que los problemas que afronta la sociedad, tarde o temprano acaban llegando al aula en forma de nuevas asignaturas, temas trasversales o competencias. Y este caso no es distinto.
Nuestros alumnos, como nosotros, se tienen que enfrentar (y se tendrán que seguir enfrentando a lo largo de su vida académica y profesional) a multitud de datos, noticias, materiales y tendrán que aprender a seleccionar lo relevante de lo no relevante. Y ahí estamos nosotros, para enseñarles también esta competencia, con la diferencia de que este contenido no es algo que un día nos explicaron a nosotros y que nosotros transmitimos a su vez. En esto, la mayoría hemos sido autodidactas y algunos estamos aún aprendiendo.
Llevo años animando a mis alumnos a averiguar cómo hacer algo cuando no saben cómo hacerlo de modo que me toca dar ejemplo y hacer yo lo mismo. Por mí y por ellos.
¿Cómo? Permitidme usar para ello una metáfora gastronómica. Apuesto por el “SLOW FOOD” . Frente al exceso de lo que sea (comida, información) hay que elegir y saborear.
No podemos abarcarlo todo, ni siquiera casi todo. Hay que aceptar (y enseñar a nuestros alumnos a hacerlo también) que no vamos a poder “digerir” todo lo que se nos ofrece. Por eso, es preciso enseñar a ELEGIR. Es necesario saber qué nos interesa buscar, o mejor qué nos interesa encontrar. No es tarea fácil definir nuestras líneas de interés pero a lo largo de este curso, sí ha habido un momento en que me he visto “obligada” a hacerlo ha sido a la hora de crear mis listas de twitter.
- TWITTER: Ahí iría mi primera propuesta de trabajo con los alumnos. Crearse 5 listas de twitter de modo que estas recojan todos aquellos aspectos de la realidad que les interesan DE VERDAD. Para su vida actual, para su futuro, porque les gusta, porque se les da bien… Les serviría para ver cuáles son sus líneas de interés, si están muy diversificadas o si por el contrario se centran en uno o dos temas. Serviría para un análisis de sus intereses y capacidades de cara a una orientación académica y profesional.
Una vez elegidas nuestras líneas de interés, hay que saber cómo y donde buscar. Y aquí me vais a permitir aludir de nuevo al artículo de Cornella. Él habla de la Infranet, todo aquello que no aparece siempre al primer golpe de buscador. No es fácil moverse en ese submundo, de ahí la necesidad de alguien que guíe. Y esa es nuestra profesión, de manera que nos toca convertirnos en “ Virgilios “ para nuestros alumnos: enseñarles a hacer las preguntas adecuadas, a afinar su dirección una vez elegida. Y ahí va la segunda enseñanza del curso y mi segunda actividad. No estamos solos en esto, somos muchos buscando de modo que si marcas lo que te ha servido, ayudas a otros que a su vez harán lo mismo. Y para que vean esto y experimenten esto, ahí va mi segunda propuesta
- DIIGO: Dividir la clase en grupos, de modo que cada miembro de cada uno de los grupos se especialice en una parte de la materia. Deberán buscar, marcar, todo lo que encuentren interesante sobre ello y compartirlo con el resto de miembros de los otros grupos que se ocupan también de esta parte. De ese modo, “entre todos” se harán expertos en esa parte que luego mostrarán a su grupo para ya completar toda la materia. Serviría para globalizar la materia al finalizar el curso.
Termino ya, sin abandonar la metáfora gastronómica, sugiriendo “saborear” esa comida. No podemos dejar que la rapidez, la inmediatez nos impida disfrutar. Alertaba Nicholas Carr en una entrevista del peligro de superficialidad que existía tras la multitarea tecnológica. Coincido con él en el riesgo y en la necesidad de ser conscientes de él para prevenirlo. Y esta vez, sin necesidad de ninguna tarea concreta, sí me parece importante enseñar a nuestros alumnos a elegir, a buscar y a leer con un criterio cualitativo y no cuantitativo. El rigor, el cuidado, la reflexión no son incompatibles con la gestión de la información.
Gracias a los que habéis elegido, buscado y disfrutado de esta reflexión 🙂